Chuchín de La Garza debe tener agradecimiento a su principales muerteros: su vástagos.
El munícipe y ex candidato a la relección del PRI por Matamoros, tenía todo para ganar y lo dejó ir.
Apuntamos que el presidente municipal de Matamoros de pronto se sintió un ‘Luis Mi’ y se deshizo de todos sus experimentados asesores entregando la operación política y la llave del cofre del presupuesto a Alfredo Garza García y al subtesorero Marcelo Sierra Garza
No escuchó, desdeñó el mucho, poco o regular apoyo desde los más importantes a los más modestos medios de comunicación, sintiéndose autosuficiente, carismático y con mucho ’pegue’.
Sus bisoños retoños, se encargaron de repartir los negocios con su pequeña burbuja –en los que se encuentran el tesorero y el subtesorero-, por ejemplo un gran presupuesto que se piensa invertir en unas millo luminarias y la sofisticación de mejoras a los talleres donde se repara todo el parque vehicular del municipio –propiedad del tesorero Alfredo Garza García-, nos alertan que están dejando de lado las verdaderas prioridades de la ciudad.
La auditoría superior del estado debe poner los focos de atención en ese gran fraude a través interpósitas personas que se está gestando desde la ciudad de Monterrey y la tesorería del ayuntamiento, bunker y centro de operaciones de los ‘Juniors’ Alejandro “el Yaye” y “Chuchín”.
Es el año de hidalgo para los priístas en la tierra de Rigo Tovar y “los Chuchines” lo saben…
Muchas gracias y hasta pronto.